Ritual Prods 2011
Si algo me gusta de Ramesses es su capacidad de hacer lo que les sale de las mismísimas gónadas sin importarles para nada las reseñas. Probablemente estén demasiado ocupados dándole duro al bong mientras escuchan los temas de Cream con mayor carga psicodélica una y otra vez. Y eso, cuando hay talento de por medio, creo que es el mejor enfoque que puede dar un grupo a su trabajo. Sí, joder, lo han vuelto a hacer. Las sombras de los tanques de ‘We will lead you to glorious times’ siguen siendo muy alargadas y a día de hoy aún dudo que puedan superar un tema del calibre de “Witchampton”, pero lo cierto es que con este ‘Possessed by the Rise of Magik’ me han vuelto a sorprender de manera gratísima, y es que puedo decir sin ningún temor a equivocarme que éste es su mejor material desde ‘The tomb’ por lo menos. Uno de esos discos que entran solos ya sea por la portada (desprendiendo actitud a raudales, un auténtico “que os den por culo” a los diseños bonitos para adornar la habitación) o principalmente por el sonido, una nueva vuelta de tuerca en cuanto a cavernosidad, una producción que desagradará a muchos pero que personalmente me parece inmejorable para ellos, profundos y aplastantes como nunca y con unas texturas de guitarra que apestan un poco a fosa común y otro poco a formol en ciertos tramos, así como la ya clásica batería con paellera integrada de Mark que le da a todo un toque mucho más orgánico aun partiendo de un sonido bastante tosco que les va como anillo al dedo. Por lo que hace a los temas, me aventuraría a decir que han sabido mezclar con enorme maestría la contundencia de sus anteriores ediciones (“Plague beak”), esos mórbidos arpegios cargados de plomo y azufre que tardan meses en abandonar el subconsciente (la colosal “Sol nocivo” que algunos ya tuvimos el placer de oír anteriormente en directo), con su particular oda al ritual, más que presente en ese mantra llamado “Duel” o en esa especie de recitaciones de “Towers of silence”, por poner un par de ejemplos. Más que destacable es el protagonismo especial que ha acabado cobrando la voz limpia de Adam, con esos crípticos ecos y susurros pesadillescos infinitos que hielan la sangre.
En resumen, un disco seguramente menos pegadizo que sus anteriores ediciones, con unas estructuras cada vez más influenciadas por a saber qué especie de rituales lisérgicos que tendrán lugar en su local de ensayo y un sentimiento constante de estar adentrándose en una especie de túnel sin final ni rendija alguna donde filtrarse atisbo de luz. Sí que es verdad que las comparaciones son odiosas y Ramesses nunca han tenido nada que ver con Electric Wizard, pero con pegar un rápido vistazo a las últimas dos ediciones de los magos y contemplando la discografía entera de estos 3 sujetos queda claro de dónde sale la chapa, para mí un componente sin el cual unos se han deshinchado y otros han aprovechado para acabar elevándose al estatus de culto en una escena de bandas cada vez menos imaginativas e impersonales donde ellos ya son líderes y no seguidores. Por mi parte brindaré porque la pesadilla siga durando por mucho tiempo.
Si algo me gusta de Ramesses es su capacidad de hacer lo que les sale de las mismísimas gónadas sin importarles para nada las reseñas. Probablemente estén demasiado ocupados dándole duro al bong mientras escuchan los temas de Cream con mayor carga psicodélica una y otra vez. Y eso, cuando hay talento de por medio, creo que es el mejor enfoque que puede dar un grupo a su trabajo. Sí, joder, lo han vuelto a hacer. Las sombras de los tanques de ‘We will lead you to glorious times’ siguen siendo muy alargadas y a día de hoy aún dudo que puedan superar un tema del calibre de “Witchampton”, pero lo cierto es que con este ‘Possessed by the Rise of Magik’ me han vuelto a sorprender de manera gratísima, y es que puedo decir sin ningún temor a equivocarme que éste es su mejor material desde ‘The tomb’ por lo menos. Uno de esos discos que entran solos ya sea por la portada (desprendiendo actitud a raudales, un auténtico “que os den por culo” a los diseños bonitos para adornar la habitación) o principalmente por el sonido, una nueva vuelta de tuerca en cuanto a cavernosidad, una producción que desagradará a muchos pero que personalmente me parece inmejorable para ellos, profundos y aplastantes como nunca y con unas texturas de guitarra que apestan un poco a fosa común y otro poco a formol en ciertos tramos, así como la ya clásica batería con paellera integrada de Mark que le da a todo un toque mucho más orgánico aun partiendo de un sonido bastante tosco que les va como anillo al dedo. Por lo que hace a los temas, me aventuraría a decir que han sabido mezclar con enorme maestría la contundencia de sus anteriores ediciones (“Plague beak”), esos mórbidos arpegios cargados de plomo y azufre que tardan meses en abandonar el subconsciente (la colosal “Sol nocivo” que algunos ya tuvimos el placer de oír anteriormente en directo), con su particular oda al ritual, más que presente en ese mantra llamado “Duel” o en esa especie de recitaciones de “Towers of silence”, por poner un par de ejemplos. Más que destacable es el protagonismo especial que ha acabado cobrando la voz limpia de Adam, con esos crípticos ecos y susurros pesadillescos infinitos que hielan la sangre.
En resumen, un disco seguramente menos pegadizo que sus anteriores ediciones, con unas estructuras cada vez más influenciadas por a saber qué especie de rituales lisérgicos que tendrán lugar en su local de ensayo y un sentimiento constante de estar adentrándose en una especie de túnel sin final ni rendija alguna donde filtrarse atisbo de luz. Sí que es verdad que las comparaciones son odiosas y Ramesses nunca han tenido nada que ver con Electric Wizard, pero con pegar un rápido vistazo a las últimas dos ediciones de los magos y contemplando la discografía entera de estos 3 sujetos queda claro de dónde sale la chapa, para mí un componente sin el cual unos se han deshinchado y otros han aprovechado para acabar elevándose al estatus de culto en una escena de bandas cada vez menos imaginativas e impersonales donde ellos ya son líderes y no seguidores. Por mi parte brindaré porque la pesadilla siga durando por mucho tiempo.
Ricard